<<Retroceso Avance>>
Corre el año 2125. El impero estadounidense está
al borde del colapso y su población blanca en peligro de extinción. Por temor a
los ataques constantes que recibe por parte de potencias extranjeras, dirigidos
de forma específica a las mujeres caucásicas, Estados Unidos firma un tratado
conocido como No tocar a la mujer blanca.
Dicho tratado consigue establecer paz y estabilidad entre las distintas potencias del orbe, sin embargo, es incapaz de impedir los ataques de células terroristas autónomas. Con el fin de combatir a este enemigo implacable, es creada una formación anti-terrorista especial. Un grupo de seres mitológicos –vampiros, hombres lobo y similares–previamente forzados a vivir escondidos en sociedades secretas emergen tras siglos de vida clandestina. Una vez que son alistados, pronto se convertirán en la piedra angular de la lucha global para salvar a la población blanca. Esta nuevo grupo anti-terrorista recibe el nombre de Global Protection Syndicate (GPS). En el turbulento siglo XXII, la extraordinaria naturaleza de los GPS y su habilidad para cimentar la ansiada estabilidad social crea nuevos paradigmas de belleza y estilo. La devoción pública hacia los mismos crece y la reproducción de sus imágenes abunda. El estrellato recientemente alcanzado por los GPS hace que algunas compañías tengan éxito con el lanzamiento de réplicas robóticas de los mismos. Los retratos de los miembros de este grupo de élite adoptando poses propias de obras del renacimiento y del barroco, aunque ataviados según la moda de finales del siglo XX, ganan una popularidad creciente. Al tiempo que su fama aumenta, proliferan los “concursos de personalidad”, que permiten a la gente imitar a sus GPS favoritos, convirtiéndose en uno de los aspectos más representativos de la cultura pop del siglo XXII. |
Paco Cao, No tocar a la mujer blanca.